Vamos en mi cocina: el clásico de los blues Bob Dylan escuchó una y otra vez
En un beneficio en su honor organizado por la Fundación MusicAres en 2015, al discutir sus influencias y reconocer a aquellos cuyo trabajo allanó el camino para el suyo, dijo Bob Dylan, si apenas no puedes tocar el blues, y no tienes la sensación de Hillbilly, realmente no estás tocando rock and roll. Puede ser algo más, pero no es eso.
El blues se encuentra en el corazón del rock and roll, un hecho bien conocido, pero también un pilar clave de la teoría de la música. Proporciona el ritmo y la sensación necesaria para darle a una composición su energía. Como lo expresó Johnny Cash: Get Rhythm. Obtenga ritmo cuando obtenga el blues, y ese auténtico sonido de rock and roll seguirá. Dylan se hizo eco de esta idea cuando dijo, puedes fingirla, pero no puedes hacerlo, lo que significa que las bandas que apuntan a rock and roll sin una base en el blues siempre se quedan cortas. Todavía pueden hacer buena música, pero no será un verdadero rock and roll.
Cuando Dylan considera su música, enumera puntos de referencia directos específicos, afirmando que debido a que escuchó una canción específica y la cantó suficientes veces, era natural que produjera una de sus canciones por eso. En lo que respecta a los blues por Dylan, no necesitamos mirar más allá de una caída de la Gonna A dura de la lluvia. Caracterizado por una simple construcción instrumental de una guitarra acústica y una armónica, junto con su intrincado lirismo, que comunica el miedo que sintió durante la crisis de misiles cubanos, la canción sirve como un excelente ejemplo de la mezcla exclusiva de Dylan de folk y rock.
La influencia musical directa de esta canción, como reveló Dylan, es Come On In My Kitchen de Robert Johnson. Al discutir la canción, Dylan comentó, si hubiera escuchado el canto de Robert Johnson, Mejor vamos en mi cocina, porque va a llover al aire libre , tantas veces como lo escuché, algún tiempo después podrías escribir, una caída de una gran lluvia .
Lanzada oficialmente en 1937, la canción de Johnson utiliza la misma construcción que la de Dylan. Es una pista directa con Little Flair, pero se comunica perfectamente con solo una guitarra que respalda su voz, que, como la de Dylan, no intenta impresionar. Líricamente, aunque no es tan complejo como el trabajo de Dylan, cuenta una historia con claridad y detalle. También puede notar que ambas canciones comparten el motivo de la lluvia, pero eso no viene al caso.
Más allá de estos factores, la influencia del blues de Johnson se asoma en la sensación de ritmo de Dylan, lo que ayuda a este último a tomar la canción de ser otra melodía popular y sumergirla en el reino del rock. La canción de Dylan posee más arena que la de Johnson, que es el factor clave en cómo viven en diferentes géneros, pero es necesario señalar que en ambas pistas, el ritmo es constante e inquebrantable. A lo largo de la canción, las guitarras se mantienen seguras en sus melodías e incluso en su volumen, lo que complementa las voces de los artistas y la historia que están contando.
Es un proceso único por el cual Dylan produjo música, pero efectiva e intrigante para estar seguro. Al tener tales puntos de referencia directos y fuentes de inspiración, la flexión y el viaje de género de Dylan pueden seguirse fácilmente a través de la música con la que se dedicó fuera de su cuenta.




































