La mejor portada de la historia, según Blondshell
Sabrina Teitelbaum, también conocida como Blondshell, dice, todo sobre las portadas es que te hace escuchar una canción de una manera que no la hubieras escuchado antes. Acordado. Por lo tanto, no todas las portadas de las canciones son necesarias, especialmente cuando se encuentran como vueltos no auténticos, vacíos y vagos de la historia de otra persona. Dicho sucintamente, algunas portadas se sienten como el artista que intenta capitalizar los talentos de otra persona, sin presentar sus respetos sinceros al original.
De hecho, no es muy frecuente que una cobertura se mantenga contra el original o incluso lo supera en excelencia. El Heart of Gold de Jeff Buckley y el corazón de oro de Fiona Apple son dos que inmediatamente me vienen a la mente como claramente memorables y decididamente notables. Dicho esto, la elección de Teitelbaum es una adición bienvenida que no debe pasarse por alto.
Donny Hathaway, con su voz de cuerpo y arrogancia irresistible, trae un columpio y brillo a cada canción que aborda. Ya sea su propio o de otra persona, ofrece un carisma abundante que respira la relatabilidad y la vivacidad de la música, dándole un alma y el espacio para ser respetado como debería ser. Como sugiere Teitelbaum, su versión de Jealous Guy de John Lennon no es la excepción, lo que lo convierte en su canción de portada favorita. Citando el poder en su voz y la fuerza del piano, Teitelbaum indica que hay una sinceridad no desanimada y audaz en su interpretación que permite que surja una mayor cantidad de emoción.
Hathaway trae corazón y arena a la pista, los rasgos carecen de la versión de Lennon. Donde la versión de este último se disculpa melancólicamente, ya que confiesa delicadamente sentimiento de resentimiento y dolores persistentes de posesión al final de una relación, Hathaway es asertivo. Él raya en territorio maravilloso mientras implementa blues y elementos centrados en el evangelio para dictar y retratar los sentimientos de la canción.
Tal como están las versiones de la canción son geniales. Aunque Lennon podría clasificarse más como vulnerable, en comparación con el poder crudo de la portada de Hathaway, ambos transmiten el mensaje de la canción con facilidad y conmoción. Es un crédito para el genio y las capacidades de la composición de canciones de Lennon, y la experiencia de ambos artistas en el arte de la articulación artística que les permiten traer su propio ambiente a la mesa.
Lennon es, sin duda, un músico excelente, pero hay algo que decir sobre cómo Hathaway ataca la canción. Él lo hace suyo en todos los frentes, particularmente con la forma en que elige darle a la canción una sensación de sautering en lo que respecta al tempo. Su arreglo emula un entorno de estilo salón, que finalmente aumenta la capacidad de la canción para conectarse con el intestino. En otras palabras, suena como si Hathaway se esté lamentando por una relación fallida en un bar con poca luz, medio borracho en un whisky.
Además, el toque de licitación que se le permite tomar el control a través de la entrega de estilo de barril de piano agrega una angustia a la canción, mientras que la voz de cuerpo de Hathaway contribuye con una sensación muy necesaria de anhelo y desesperación a la narrativa. En general, completa una historia exuberadamente emotiva y conmovedora que se sienta apropiadamente con el nivel original, si no un nivel o dos por encima de ella.