Opinión | “Somos los tiempos”: lo que el Papa León XIV y San Agustín pueden enseñar a los periodistas sobre el liderazgo

No hace mucho, mi esposo y yo hicimos una llamada de Zoom para ponernos al día con un querido y viejo amigo, un sacerdote de los Legionarios de Cristo que ahora reside en Roma. Preguntó si habíamos sintonizado el primer discurso a los periodistas del recién elegido Papa León XIV.
Gran parte del mundo había visto su discurso inicial en vivo desde el balcón de la Basílica de San Pedro, pero el nuevo Papa tuvo un primer mes muy ocupado. Había visto lo más destacado de esa charla con los periodistas y nuestro amigo nos envió la transcripción completa . Este pasaje saltó de la página:
Vivimos en tiempos que son difíciles de navegar y de contar. Presentan un desafío para todos nosotros, pero no debemos huir de él. Al contrario, exigen que cada uno de nosotros en nuestros diferentes roles y servicios nunca cedamos a la mediocridad. La Iglesia debe afrontar los desafíos que plantean los tiempos. De la misma manera la comunicación y el periodismo no existen fuera del tiempo y de la historia. San Agustín lo recuerda cuando dijo: Vivamos bien y los tiempos serán buenos. Somos los tiempos.
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El mensaje del Papa León es un llamado a los periodistas a centrarse en el servicio, la valentía, la humildad y la excelencia.
Es un recordatorio de que los periodistas no informan simplemente sobre los tiempos que corren como espectadores distanciados, sino que ayudan a moldear la sociedad a través de lo que elegimos perseguir o ignorar.
Animó a los periodistas a ser valientes y hacer nuestro trabajo con convicción en nuestros valores fundamentales. El trabajo que hacemos no está separado de las condiciones morales y sociales que nos rodean. Damos forma activa a nuestro mundo.
Y las palabras de San Agustín que el Papa León citó al final de ese pasaje siguen dando vueltas en mi cabeza.
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San Agustín de Philippe de Champaigne c. 1645
San Agustín de Hipona es considerado uno de los grandes filósofos cristianos . Sus palabras surgieron aproximadamente cuando Roma cayó ante los invasores en el año 410 d.C. El mundo tal como lo conocían los romanos se estaba desmoronando. La ciudad no fue diezmada. pero a los romanos les resultó evidente que su orgullosa ciudad no era impenetrable.
Muchos culparon a los tiempos por el caos, pero San Agustín dijo que los tiempos no son algo externo a nosotros. son los tiempos. Es un poderoso recordatorio para que no nos quedemos atrás y esperemos a que las cosas mejoren. Se trata de elegir vivir y liderar todo.
En el Instituto Poynter enseño liderazgo y ética. Periodistas de todo el mundo vienen a Poynter para aprender habilidades de gestión y liderazgo ético. He trabajado con gerentes que inician su carrera hasta vicepresidentes ejecutivos y en todos los niveles enfrentan problemas similares: confianza, soledad, agotamiento, desmoralización, volatilidad, erosión de la confianza de la audiencia y reducción de recursos, entre otras cosas. Yo mismo estuve allí y es difícil. La lista de lavandería sigue creciendo. Sin duda, les resulta fácil sentir que los tiempos están en su contra.
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Pero aquí está San Agustín diciéndonos: Lo que aportamos, cómo nos desempeñamos en nuestros roles, nuestras voces guía, arraigadas en nuestros principios, nuestra brújula ética, nuestra integridad, nuestra humanidad y nuestra fe, de hecho moldean nuestra manera de liderar. Afectan la realidad que construimos para nosotros y nuestros equipos.
Nuestro futuro no se trata de esperar mejores condiciones. Se trata de crearlos.
Vivir bien como líder significa vivir sus valores para los demás. San Agustín dijo que la autoridad debe usarse como un acto de servicio donde un líder no se coloca por encima de los demás sino que se lo ve como el primero entre iguales. Un líder de sala de redacción bien podría ser alguien con responsabilidades especiales pero que aun así podría trabajar hombro con hombro (¡quizás en cubículos muy apretados!) con el resto del equipo. La forma en que se manejan y modelan el poder en una era de incertidumbre y urgencia puede tener un impacto tremendo en sus colegas, su cobertura y su comunidad.
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El Papa León es el primer Papa de la Orden de San Agustín una orden religiosa gobernada por La Regla de San Agustín que fue escrito alrededor del año 400 d.C. La regla enfatiza el amor a Dios y al prójimo.
Dentro de la Regla de San Agustín se encuentra esta línea:
El superior, por su parte, no debe considerarse afortunado en el ejercicio de su autoridad, sino en su función de serviros con amor.
Esto significa que el liderazgo no es una recompensa. Es una responsabilidad que no está anclada en el poder sino en la capacidad de servir a los demás. La forma más significativa de autoridad surge de la generosidad del servicio arraigado en el amor. Así es como se crea la unidad. Y la verdadera unidad no proviene del control, sino cuando las personas están ancladas en algo más profundo que ellos mismos: una misión compartida, un llamado profundo.
Nuestro nuevo Papa ha dejado claro que se inspirará en gran medida en las enseñanzas de San Agustín. Resulta que hay mucho para nosotros, los periodistas. Somos los tiempos. Así que vivamos bien.