David Byrne explica cómo las letras pueden arruinar la buena música
David Byrne ha dominado casi todas las persecuciones creativas que él ha establecido. Desde la escritura hasta el cine hasta la actuación, el inclecticismo y la curiosidad implacables de Byrne ha dado a luz parte del arte más maravilloso de nuestro tiempo. Tiene una inclinación por el sonido y las palabras, casándose con los dos con facilidad.
Como el líder de los pioneros de New Wave, las cabezas parlantes, en particular, Byrne demostró sus capacidades como el letrista principal. De las letras sin sentido Hablando en lenguas A las palabras reconfortantes de Road to Nowhere, las letras de Byrne combinaron el nicho y lo universal. Aunque son tan raros como la música que acompañan y el líder que los entrega, las letras de Talking Heads a menudo son vagas. Esto deja espacio para que el oyente atribuya su propio significado.
En consecuencia, muchas de las letras de Byrne han asumido su propia vida más allá de los lanzamientos de estudio de Talking Heads. Las palabras de este deben ser el lugar y lo mismo que alguna vez fue enyesado en las paredes como carteles y luces LED durante años. No obstante, incluso Byrne ha cometido errores al escribir letras.
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El líder habló sobre el peligro de las letras malas en sus memorias musicales, Cómo funciona la música , Explicando: a veces las palabras pueden ser una adición peligrosa a la música: pueden fijarla. Byrne encuentra que esto se debe a su naturaleza restrictiva. Él dijo: Las palabras implican que la música se trata de lo que dicen las palabras, literalmente, y nada más. Si se hacen mal, pueden destruir la agradable ambigüedad que constituye gran parte de la razón por la que amamos la música.
Aferrarse a esta ambigüedad ha permitido a Byrne crear algunas de sus letras más exitosas: hay pocas líneas en la música tan abiertas a la interpretación, y puede preguntarse: Bueno, ¿cómo llegué aquí? Byrne continuó explicando: que la ambigüedad permite a los oyentes adaptar psicológicamente una canción para satisfacer sus necesidades, sensibilidades y situaciones, pero las palabras también pueden limitar eso.
Byrne sugiere que las palabras pueden ser perjudiciales incluso para la canción más bella, si están mal escritas: hay muchas pistas hermosas que no puedo escuchar porque han sido arruinadas por malas palabras: las mismas y otras. Él elige el irremplazable de Beyoncé como ejemplo, quejándose, ella rima minuto con minuto, y me estremezco cada vez que lo escucho (en parte porque en ese momento estoy cantando).
Byrne tampoco tiene miedo de reconocer las fallas en su propio lirismo, eligiendo astronauta de su álbum de 2004 Crecido al revés para criticar. Él recuerda: en mi propia canción Astronaut, concluyo con la línea Siento que soy un astronauta, que parece la metáfora más tonta para la alienación. Puaj.
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Para un artista tan prolífico como Byrne, o Beyoncé para el caso, es comprensible que a veces las letras malas puedan pasar por las grietas. Aún así, a pesar de su autoproclamado Blip en Astronaut, Byrne parece haber dominado el arte de la ambigüedad.